Su viaje comienza en el corazón del Vaticano: La Basílica de San Pedro, obra maestra de la arquitectura renacentista. A su llegada, un equipo de profesionales le dará la bienvenida y le proporcionará toda la información necesaria para que su visita transcurra sin contratiempos. Maravíllese ante la Piedad de Miguel Ángel, el majestuoso Baldaquino de Bernini y la imponente cúpula que domina el horizonte romano.
Gracias a su acceso prioritario reservado, podrá evitar las largas colas generales (tras los controles de seguridad) y aprovechar al máximo su tiempo en el interior.
Aventúrese bajo la basílica para explorar las Grutas Vaticanas, última morada de numerosos Papas, entre ellos San Juan Pablo II. A continuación, continúe su viaje espiritual y cultural hasta la Basílica de Santa María la Mayor. Esta basílica, una de las cuatro basílicas papales y una de las iglesias más antiguas dedicadas a la Virgen María, es famosa por sus mosaicos del siglo V, su opulento techo dorado y su belleza arquitectónica. Cabe destacar la tumba del Papa Francisco, que eligió este lugar sagrado como última morada, una elección profundamente simbólica para un Papa conocido por su humildad y devoción a María.



