La Basílica Papal de Santa María la Mayor, majestuoso templo mariano y faro de civilización artística, ha sido una presencia imponente en Roma durante más de dieciséis siglos. Situada en lo alto de la colina del Esquilino, es una de las cuatro basílicas papales de la ciudad. Cuenta la leyenda que su construcción en el Esquilino fue inspirada y dirigida por la propia Virgen. Esta Basílica es un tesoro donde el arte y la espiritualidad se funden a la perfección, ofreciendo a los visitantes una experiencia sin igual.
Tendrá la oportunidad de admirar numerosas obras maestras, como la tumba de la familia Bernini, el Baptisterio y la Puerta Santa. La Basílica también guarda curiosidades sobre varios pontífices. Por ejemplo, el Papa Francisco visitaba a menudo la Salus Populi Romani antes y después de sus viajes apostólicos, buscando su protección. Su visita guiada le revelará los asombrosos tesoros que esconde esta basílica. Una visita a la zona arqueológica le descubrirá el fascinante mundo subterráneo del santuario mariano más importante de Occidente. Este complejo consta de salas centradas en torno a un vasto vestíbulo de época imperial.
A lo largo de su recorrido, encontrará unas termas adornadas con mosaicos y cavidades de calefacción, antiguas tejas, frescos decorativos con motivos geométricos y un raro fresco de calendario agrícola.


