Bailarines con sombrero de paja y pastores tocando la guitarra descienden a la aldea de Mancha Blanca cada septiembre para la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores. Y si está en Lanzarote para la romería de la Virgen de los Dolores, como se conoce a esta peregrinación, es una visita obligada. Cristina, una de nuestras guías locales, afirma: "Es un acontecimiento que se celebra una vez al año, por lo que los isleños se lo toman muy en serio. Se ponen sus trajes tradicionales y lo celebran con amigos y familiares. Se canta, se baila y se bebe mucho vino. A mí me encanta y también hago la peregrinación".
Le recogerán por la tarde y le llevarán a Mancha Blanca para asistir a las fiestas. Aquí, en este tranquilo pueblo cercano al Parque Nacional de Timanfaya, tendrá tiempo para explorar sus talleres artesanos -podrá ver cómo elaboran sus productos durante las demostraciones en vivo-, escuchar música en directo y probar las delicias locales. Los puestos se instalan al aire libre, por lo que podrá pasear como en un mercado tradicional español. Un consejo: Mancha Blanca también es un buen lugar para comprar recuerdos.
Grupos de músicos de cuerda, conocidos como parrandas, interpretan canciones de devoción y alabanza a la Virgen. Como parte de las festividades, muchos agricultores y artesanos montan puestos en los que venden productos locales como vino de Malvasía, queso, mermelada de cactus y loza. La romería es una gran oportunidad para mezclarse con los lugareños, probar las especialidades locales y contribuir a la comunidad.
