Explore Mano Juan, un pueblo pesquero de la isla Saona, donde las calles son caminos de arena, el océano marca el ritmo y la vida se ralentiza al instante. Es un lugar donde las mañanas comienzan con los barcos de pesca regresando a la orilla y las tardes transcurren bajo el sol caribeño, lejos del ruido de la República Dominicana continental.
Mano Juan es pequeño, acogedor y lleno de encanto cotidiano. Aquí viven unas 500 personas que se ganan la vida pescando, vendiendo artesanía y realizando actividades de ecoturismo. Al pasar junto a las coloridas casas de madera, verá la escuela, la iglesia y pequeños quioscos familiares que venden joyas y tallas hechas a mano. Cuando a la gente le entra hambre, las cocinas a pie de playa sirven platos dominicanos frescos, normalmente lo que hayan traído los pescadores esa mañana. Para comer, pararemos en uno de los restaurantes del pueblo para degustar una ración de langosta y marisco.
Aquí la tradición está muy arraigada. Los pescadores siguen utilizando métodos ancestrales que ayudan a proteger las aguas de las que dependen. También visitará el centro local de conservación de tortugas marinas, donde los lugareños cuidan de especies en peligro de extinción. A lo largo de la excursión, también se detendrá en una playa de arena blanca para relajarse y darse un chapuzón. Además, hacia el final de la excursión, subirá a un barco y se dirigirá a la Piscina Natural, un banco de arena natural conocido en la República Dominicana por sus brillantes aguas turquesas.
