Enclavada en lo más profundo de la exuberante selva, la antigua ciudad maya de Cobá es a la vez un impresionante yacimiento arqueológico y un destino de primer orden para los observadores de aves. Cobá, que fue el mayor centro urbano del norte de Yucatán entre los años 300 y 900 d.C., floreció gracias a sus diversos ecosistemas, que incluían varios lagos de agua dulce. Hoy, los visitantes tienen la oportunidad de explorar su importancia histórica y descubrir una notable variedad de especies de aves en un entorno incomparable.
La excursión comienza con un tranquilo paseo por el lago Cobá, donde se pueden avistar especies acuáticas como el rascón moteado, el zampullín chico, el cangrejo colorado, el calamón, el milano caracolero y el calamón morado. La vegetación circundante también puede revelar coloridas aves como la curruca rabilarga, la tangara gris azulada, la tangara alirroja, la oropéndola y la oropéndola anaranjada.
Cuando se abran las puertas del yacimiento arqueológico, será uno de los primeros en adentrarse en la densa selva primaria que ahora rodea esta antigua ciudad. Aquí, su aventura de observación de aves continúa mientras busca especies como el magnífico pavo ocelado, el motmot de Lesson y el motmot de ceja turquesa, así como varios trogones, incluidos los trogones de cabeza negra, gartered y de collar, y los tityras enmascarado y de corona negra, y las urracas yucateca y verde. Según la estación, es posible avistar entre 40 y 80 especies en una sola mañana. Tras una mañana dedicada a la observación de aves, disfrutará de una deliciosa comida local.
