El Louvre es famoso por su enorme colección. La mejor forma de verlo es con un guía experto que le muestre las piezas más importantes que se pueden encontrar en su interior, así como algunas joyas ocultas.
Desde el Antiguo Egipto hasta el Renacimiento, pasando por todas las épocas intermedias, su guía le explicará las historias que se esconden tras las obras de arte que vea, permitiéndole conocer mejor las obras maestras.Maravíllese ante la Mona Lisa, pintada por Leonardo da Vinci en 1506, uno de los retratos femeninos más famosos del mundo; la Venus de Milo, una célebre escultura griega que data del año 100 a.C. y representa a la diosa Afrodita; o el gigantesco cuadro de 33 pies de largo de la Coronación de Napoleón, pintado en 1807 por Jacques-Louis David para conmemorar la coronación de Napoleón Bonaparte en la catedral de Notre Dame.
Después de la visita, aproveche su entrada y quédese más tiempo en el museo para comer o comprar recuerdos como carteles, libros y mucho más.

