Hay cientos de formas de enamorarse de Lanzarote, pero las dos estrellas de esta excursión entrarían en cualquier lista de las 10 mejores. Comienza en el mercado de Teguise y termina en las caleidoscópicas aguas de Papagayo. Y entre medias, disfrutará de un espectacular paseo en coche por el corazón de la isla, cubierto de lava. Nancy, una de nuestras guías locales, afirma: "Aunque llevo más de 20 años viviendo en Lanzarote, el mercado de Teguise es el lugar al que acudo en busca de un regalo que llevar a casa a amigos y familiares. Y su ubicación bajo el campanario de la iglesia le da un aire de feria rural".
Lo primero es el mercadillo de los domingos por la mañana en Teguise, un pueblo que parece sacado de una película del Lejano Oeste. Rodeado de tierras desérticas, es un laberinto de callejuelas encaladas de una sola planta que convergen en la plaza principal. Aquí, a la sombra de la iglesia de Guadalupe, cientos de puestos venden productos locales y artesanía. Tendrá un par de horas para saborear el ambiente -hay músicos y bailarines callejeros- y tal vez llevarse un recuerdo. Con cualquier compra, contribuirá a la comunidad y la economía locales.
A continuación, un viaje en minivan por el centro de Lanzarote, sembrado de volcanes, hasta el remoto cabo de Papagayo. El punto más meridional de la isla está bañado por aguas que van del azul cielo al verde esmeralda. Nancy dice: "Hay 2 km de playas y calas. Elija un pequeño escondite como la cala de San Marcial o la playa de Papagayo, rodeada por dos cabos bañados por las olas. Es un lugar maravilloso para relajarse durante unas horas".
