En lugar de simplemente observar desde la playa, te pondrás un cómodo traje de neopreno y te deslizarás por el Mar del Norte. Durante aproximadamente dos horas, los suaves bancos de arena de Wenningstedt se convertirán en un paraíso natural.
Un entrenador certificado lo explica todo en pasos sencillos: tumbarse en la tabla, remar con suavidad y ponerse de pie. Olas que llegan hasta la rodilla o al pecho se deslizan sobre un fondo marino plano, por lo que incluso los principiantes se sienten seguros. Se dan consejos divertidos a distancia, convirtiendo los primeros chapuzones en verdaderas olas en cuestión de minutos.
Los que descansan en la orilla tienen tiempo para intercambiar sonrisas, tomar algunas fotos y observar a las gaviotas bailar en el viento. El ritmo se mantiene relajado; el progreso sigue su propio ritmo.
Después de la última ola, enjuágate y dirígete al sendero de dunas con el cabello salado, los músculos gratamente cansados y una historia compartida que sobrevivirá a cualquier recuerdo.
