Navegar puede parecer complicado al principio. Pero una vez izada la vela, es fácil sentir lo liberador y relajante que puede ser.
Un curso para principiantes es perfecto para quienes tengan curiosidad por experimentar el mar abierto. Ya sea solo, en pareja o en familia, no se trata de habilidad, sino de la alegría de estar en el mar.
Ya sea calma por la mañana o brisa fresca por la tarde, navega a tu ritmo. Acelera, déjate llevar o sonríe contra el viento.
