Esto no es sólo hacer turismo: es un cuento de hadas europeo hecho realidad. Pueblos coloridos, ricos vinos, bosques legendarios y dulces finales.
Comience el día en Riquewihr, un pintoresco pueblo de Alsacia. Mientras pasea por sus calles llenas de flores, se sentirá transportado en el tiempo por su encanto medieval. La excursión continúa hacia Colmar, otra joya de Alsacia, conocida por sus canales y sus casas de colores pastel. Aquí disfrutará de una degustación de vinos acompañada de un almuerzo, y podrá contemplar una réplica de la Estatua de la Libertad, un guiño a su creador Bartholdi, natural de esta ciudad.
Por la tarde, se adentrará en la Selva Negra alemana, una zona impregnada de folclore. Una visita a Titisee, un pueblo a orillas de un lago famoso por sus relojes de cuco y sus aguas cristalinas de montaña, le permitirá conocer la artesanía local. La jornada concluirá con una degustación de la auténtica Schwarzwälder Kirschtorte (tarta de la Selva Negra) en su lugar de origen, que pondrá un dulce broche final a un día repleto de cultura y paisajes europeos.
